martes, 16 de septiembre de 2008

La culpa es de Cupido


- Ya no confío en nadie. ¿Pero qué puedo hacer?. Si no me hubiera enamorado. Me lo habían advertido todas mis amigas, pero... ¿cómo se puede controlar eso?. Cuando Cupido te dispara...




Cupido es de gran ayuda para el sostenimiento familiar de los psicoterapeutas. Cupido o la idea romántica del proceso de enamoramiento, que viene a ser lo mismo pero en ateo. Una vez que te llega la flechita comienzas a levitar, alejas los resfriados y las alergias, el sistema inmunológico sale de su escondite y todas esas células con una sola letra como nombre, comienzan a pulular alegres por el frondoso jardín. Los veo desplazándose con sonrisas misteriosas cómplices de sí mismos. Conozco bien los síntomas.

Bueno, sí, es verdad que las cosas dejan de tener término medio. Que la obviedad se aleja de uno gracias a las supergafas de soloveoloquequierover. Que te olvidas de los amigos, porque todo el tiempo es poco para estar juntos. Que con media manzana te vale, porque con una entera pierdes el autobús. Pero,... l'amour, oh, l'amour. Es estupendo. Los cantautores lo saben muy bien porque mientras están enamorados no componen, sólo viven, y luego sufrimos sus letras que tanto nos recuerdan todo lo perdido.


Sí, el arquero está justificadamente sobrevalorado. A los psicólogos, como a los cantautores lo que nos llega a las consultas es el desamor. Me gustaría que llegar alguien diciendo, "Estoy enamorado, ¿qué puedo hacer para que me dure más de dos años?". Pero no. Ya he dicho que estando enamorado se vive, ni se va a consultas, ni se escribe poesía, (salvo que no se sea correspondido, claro). Un amigo de Víctor Hugo es famoso por un único poema, un soneto triste, dedicado a un amor secreto (la mujer de Hugo, que le vamos a hacer) y Pablo Milanés escribe y canta sobre el tránsito del amor, y sólo te queda llorar o poner Batuka.
Entonces, ahí justo, cuando el paciente lleva media caja de cleenex gastada, nos toca la tarea de desenmascarar a Cupido (malgré nous).

- "¿Qué hago? Sé que es malo, pero no puedo quitármelo de la cabeza" - luego, piensa, es que sigo enamorado/a.

- "Ya lo dice el refrán:"- sostengo- "una mancha de mora, con otra verde se quita".

- "Sí, hombre, como que una puede enamorarse así, a voluntad" - o sea, que para enamorarse hace falta algo mágico tipo Cupido/flechazo.

- "Usted puede tener cierta predisposición a engordar o a enamorarse, pero para ambas cosas ha de poner de su parte. Aunque aparezca un plato de salmón rebozado y cubierto de mayonesa, para que surta efecto en su cintura necesitará comérselo"

- "No es lo mismo"

No, pero muy parecido. Yo no me hubiera enamorado de Joaquina, mi tierno amor de la primera infancia, si no me hubiera acostado noche tras noche pensando en ella, si no hubiera buscado la forma de sentarme cada día a su lado en el pupitre desgastado del cole, y a lo mejor, si ella no se hubiera empeñado en darme una de calabazas y otra de ostras. A lo mejor Cupido me lanzó una de las suyas, quizá, pero debo reconocer que yo puse bastante. Tal y como habrá hecho el paciente, probablemente.

Lo bueno de saber qué hemos hecho para conseguir enamorarnos, es que podemos repetirlo. Vea un ejemplo cualquiera de procedimiento amoroso:

Mirada o contacto visual o social inicial. Entérese de por dónde se mueve y vuelva a ese sitio una y otra vez. Pídale el msn. Gástele bromas entres sutiles e incomprensibles. Manéjese en distancias cortas. En el trabajo deje de vez en cuando lo que tenga entre manos y piense en él/ella. Imagínese manteniendo relaciones sexuales (si no es capaz, mejor cambie de objeto amoroso). Háblele a los demás todo el rato de él/ella (bien o mal, da igual). Observe cuántas aficiones comparten y obvie el mundo que los separa,..

Tómese esta pócima y verá sus efectos a corto plazo.


2 comentarios:

Marta dijo...

Hola Juan, soy Marta. Al leer tu post he recordado lo mal que lo pasé en una de esas situaciones de desamor. Me gustaría pensar que es así de fácil, pero a mí me costó mucho superarlo. Me apoyé en mis amigos y en la almohada, que le daba un tute llorando que no veas.
¿De veras puede una enamorarse voluntariamente?. Creo que llevas razón con lo del esfuerzo que hacemos para engancharnos a alguien, pero no sé si voluntariamente, vamos, de forma consciente, se puede hacer.
Un beso.

Anónimo dijo...

Lo más difícil es soportar que te dejen, sobre todo si no lo esperas. Yo tenía mi vida ya hecha y de la noche a la mañana todo ha cambiado, así que ahora es como empezar de nuevo, pero lastrado por la desconfianza y por otras cuestiones menos mentales y más materiales. Así que he pasado por una especie de depresión y aún no tengo claro que me haya pasado. Me cuesta pensar que podría dedicar esfuerzo a otra cosa que no sea esta.
Entiendo que el tono que utilizas sea para desdramatizar, porque he leido otros posts y me da que vas por ese lado, pero a mí me pega que no sea tan fácil.
Ernesto.Un saludo.