Hace mucho tiempo, que no tenía, o recordaba tener, sueños recurrentes. He vuelto a las andadas. De nuevo aprovecho las ventajas nocturnas para pasearme volando sobre la ciudad y sobre los campos, apenas apreciando a los seres humanos y a sus vehículos moverse diminutos a lo lejos.
Encima, estoy a punto de cambiar de gafas que siempre ha sido presagio de alteraciones en mi vida. Uf. Usted dirá, eso tiene tanta relación como: "si llueve me tocará el gordo de Navidad". Sí, es cierto, vaya psicólogo.
Por capítulos anteriores de la serie, usted ya sabe que ni soy psicoanalista, ni me gusta el chill out, ni los callos en salsa y menos aún el cilantro inundando cualquier plato con su intenso e incapacitante aroma. Por lo tanto, cuando me despierto en medio de una fase r.e.m. y recuerdo vaga o nítidamente lo soñado, hago poco esfuerzo por descifrarlo. Tampoco hago demasiada fuerza por desmantelarme esos ramalazos de pensamiento mágico. En realidad soy bastante racional, por lo menos hasta donde me lo permite mi estómago.
Pero claro, cuando estoy a punto de cambiar de gafas y encima sueño reiteradamente con que estoy volando por encima de las nubes...
Ya tenía desterrada de la consulta la interpretación de los sueños. Como ya dije, le había buscado un hueco en las cenas con los amigos y en las copas con los enemigos. Pero hace unos años, algunos psicólogos de corte cognitivo-conductual se plantearon recuperar los sueños que traían los pacientes -que seguían con su constumbre de ver series americanas llenas de divanes-, pero dándoles un contenido más cercano a su propia orientación terapéutica. Me gustó la idea. Al fin y al cabo, los sueños son historias que trae el paciente y yo me dedico básicamente a eso, a intercambiar historias, a reconstruirlas, a mirarlas desde otra perspectiva,.. En este sentido, cada sueño sería idiosincrático. Soñamos cosas comunes porque vivimos en espacios comunes, con similares respuestas emocionales ante parecidos estímulos.
Podemos convertir en una historia tanto un pensamiento-nube como un sueño.
Una paciente me decía hace poco: "Sueño con que a X le pasa algo grave". Analizando lo que me contó luego, llegué a una interpretación curiosa, por cuanto la he utilizado muchas veces entre copas: le gustaría tener algunas de las cosas de la otra persona, bien de tipo material, bien determinadas habilidades, bien algo relacionado con su entorno,.. Ella mantenía una buena relación con X. A mí no me seducía esta vía, de forma que probamos con una construcción de su sueño que le permitiera canalizar sus propios esfuerzos acerca del motivo principal de la consulta y lo dejamos ahí. Si hubiera sido una amiga mía le habría soltado todo lo anterior y ahora estaría observando qué de la otra persona es lo que más envidia ¡y finalmente lo descubriría!.
De todas formas si tiene sueños de este tipo y no viene a mi consulta también puede quedarse con esa interpretación.
Walden me habría dicho, respecto a mi sueño, que estudiara por qué quiero quitarme de en medio y volar tan lejos de las personas. Menos mal que yo no tomo en serio a Walden.
Encima, estoy a punto de cambiar de gafas que siempre ha sido presagio de alteraciones en mi vida. Uf. Usted dirá, eso tiene tanta relación como: "si llueve me tocará el gordo de Navidad". Sí, es cierto, vaya psicólogo.
Por capítulos anteriores de la serie, usted ya sabe que ni soy psicoanalista, ni me gusta el chill out, ni los callos en salsa y menos aún el cilantro inundando cualquier plato con su intenso e incapacitante aroma. Por lo tanto, cuando me despierto en medio de una fase r.e.m. y recuerdo vaga o nítidamente lo soñado, hago poco esfuerzo por descifrarlo. Tampoco hago demasiada fuerza por desmantelarme esos ramalazos de pensamiento mágico. En realidad soy bastante racional, por lo menos hasta donde me lo permite mi estómago.
Pero claro, cuando estoy a punto de cambiar de gafas y encima sueño reiteradamente con que estoy volando por encima de las nubes...
Ya tenía desterrada de la consulta la interpretación de los sueños. Como ya dije, le había buscado un hueco en las cenas con los amigos y en las copas con los enemigos. Pero hace unos años, algunos psicólogos de corte cognitivo-conductual se plantearon recuperar los sueños que traían los pacientes -que seguían con su constumbre de ver series americanas llenas de divanes-, pero dándoles un contenido más cercano a su propia orientación terapéutica. Me gustó la idea. Al fin y al cabo, los sueños son historias que trae el paciente y yo me dedico básicamente a eso, a intercambiar historias, a reconstruirlas, a mirarlas desde otra perspectiva,.. En este sentido, cada sueño sería idiosincrático. Soñamos cosas comunes porque vivimos en espacios comunes, con similares respuestas emocionales ante parecidos estímulos.
Podemos convertir en una historia tanto un pensamiento-nube como un sueño.
Una paciente me decía hace poco: "Sueño con que a X le pasa algo grave". Analizando lo que me contó luego, llegué a una interpretación curiosa, por cuanto la he utilizado muchas veces entre copas: le gustaría tener algunas de las cosas de la otra persona, bien de tipo material, bien determinadas habilidades, bien algo relacionado con su entorno,.. Ella mantenía una buena relación con X. A mí no me seducía esta vía, de forma que probamos con una construcción de su sueño que le permitiera canalizar sus propios esfuerzos acerca del motivo principal de la consulta y lo dejamos ahí. Si hubiera sido una amiga mía le habría soltado todo lo anterior y ahora estaría observando qué de la otra persona es lo que más envidia ¡y finalmente lo descubriría!.
De todas formas si tiene sueños de este tipo y no viene a mi consulta también puede quedarse con esa interpretación.
Walden me habría dicho, respecto a mi sueño, que estudiara por qué quiero quitarme de en medio y volar tan lejos de las personas. Menos mal que yo no tomo en serio a Walden.
1 comentario:
Entonces, walden, ¿soñar con que le pasa algo a alquien querido significa que te gustaría tener algo de esa persona? ¿hay otra posible explicación? ¿tú analizas los sueños en la consulta?
Ya no te hago mas preguntas, jajaja, un slaludo,
MAngeles
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