miércoles, 15 de junio de 2011

CINCO SOLUCIONES INFALIBLES CONTRA LA ANSIEDAD. 1. ¿Y QUÉ?


Coja el malestar que le atormenta y pruebe a ponerse en jarras delante de él.

- No vayas a....
- ¿Por qué nooooo?

Lleva mucho tiempo no yendo a... no haciendo... y sin embargo no parece que esté mucho mejor. Nada de lo sucedido hasta ahora ha conseguido matarlo, infartarlo, desmayarlo, volverlo loco,.. Sí, sí, ya sé, ha sido gracias a esas maniobras de última hora, ir a urgencias, salir corriendo del restaurante, no hacer nada que pudiera ponerle en peligro.


Cuando el movimiento del 15-M en Cataluña ha anunciado que no dejarán pasar a los parlamentarios, la policía les ha comunicado que eso es ilegal. Su respuesta ha sido esta: "A veces, lo justo no es legal". Igualmente, lo adecuado no tiene por qué coincidir con lo más fácil, con lo que apetece. Puede elegir seguir tomando medidas contra lo que teme o ponerse en posición de valiente "en jarras".

Suelo comentar en la consulta que hay dos tipos de medidas: las que tienen que ver con lo evidente, por ejemplo, tomar una pastilla, no ir a un sitio, huir, comprobar si ha cerrado el gas. Luego están las otras, menos accesibles a la consciencia, las que prevén mentalmente las medidas adecuadas. Por ejemplo, pensar "me sentaré cerca de las puertas, llevará una chaqueta para que no se note la transpiración,..". Es otra forma de tranquilizarse que habitualmente tiene el mismo resultado negativo que la anterior.

- Si me equivoco sentiré que todos me miran - me dice la paciente.
- ¿Y qué? - le pregunto realmente interesado en saber por qué es tan malo que a uno lo miren, con la de cosas que hace la gente en televisión para conseguir lo mismo.
- Pues que pensarán: "Esta tía es tonta"
- ¿Y qué? - también lo piensan muchas personas respecto a las asiduas de la telebasura y, por lo que parece, cobran una pasta.

Normalmente, confundimos el "creo que no voy a poder soportarlo", con el "soportarlo" o no, en la realidad.

Entre la primera cita y el "¿y qué?" transcurre un tiempo. Las personas adquieren un conocimiento más preciso sobre su problema, los mecanismos implicados y la forma de manejarlo. Se habrán marcado las pautas para ir acercándose progresivamente a lo temido. Todo ello imprescindible, seguramente. Pero si quiere quitarse definitivamente esto que lo aminala, ponga cara de Clint Eastwood y acompáñela de esa frase mágica una y otra vez.

5 comentarios:

Maria dijo...

Me gusta mucho leer tus entradas. Nos hablas de grandes herramientas con palabras pequeñas (esas fáciles de entender). Lo de las manos en jarra, y el "¿y qué?" es genial. Además, me he reido leyéndolo, ¡cómo no imaginarse a una misma haciendo todo eso!

Hace no mucho tiempo practico algo parecido; las circunstancias difíciles que, de momento, no está en mi mano cambiar, ya no me rodean, las he puesto a circular por el carril paralelo al mío. Están ahí, pero no me tropiezo con ellas; de hecho, yo voy mirando hacia adelante, centrada en la carretera y, no veo lo que va a mi lado. ¡Y ya lo creo que funciona! Pero, con tu permiso voy a poner en práctica el "¿y qué?" con las manos en jarra. Lo único que... tengo una duda técnica... lo de la cara de Clint Eastwood... ¿es imprescindible? ;)

Besos

Walden dijo...

jajaja, no, no es imprescindible, pero como mis pensamientos están teñidos de cine, lo traduzco todo a ese idioma. Puedes poner cara de María cínica.
Me gustó tu ejemplo del carril paralelo. Lo incorporo al repertorio.
Gracias por el comentario.
Un beso.

Pedro dijo...

Hola Walden, gran poder esta primera solución, pero estás revelando todos tus poderes y pócimas mágicas en esto del arte de la mente,...bueno ¿y qué?

Muchos saludos amigo.

Walden dijo...

Hola Pedro. Bueno, jaja, no me preocupa mucho lo del arsenal. Un día le comenté a unos padres preocupados por saber qué mensaje tenían que transmitir a su hijo que funcionara, que por mucho tiempo que le dedicaran, haciendo lo adecuado, sería una parte ínfima comparada con el tiempo al que sus hijos iban a estar expuestos a otro tipo de influencias a los que, encima, les iba a dar más crédito.

Por mucho que proclame en el desierto que la ansiedad forma parte de nuestra vida, según la forma en que la vivimos, y que en realidad, funciona como avisadores para que revisemos qué estamos haciendo, hay muchísima más literatura y blogs que trabajan afanosamente con recetas para eliminarla. Así pues, no hay peligro de que nuestra profesión tenga que dedicarse exclusivamente a otras labores.

Un abrazo.

Susana dijo...

Hola, me llamo Susana, hace tiempo tuve problemas de ansiedad, y otras fobias, fue una época bastante difícil. Probé de todo, pero no conseguí gran cosa. Hace tiempo por un familiar me hablaron de una terapia, algo que parecía funcionar y lo probé, yo también creo que un curso no es la lámpara maravillosa, pero para mi desde entonces ha mejorado bastante. Dejo por aquí en enlace por si quereis echar un vistazo:

http://www.confianzasocial.com/inicio2.php?hop=universia

Os dejo también mi mail por si necesitais algo: sus.costa@yahoo.es

Un abrazo,
Susana