miércoles, 20 de mayo de 2009

El revolucionario tierno

Ha muerto Benedetti. Recuerdo que cuando era un adolescente leía poesía de contrabando envuelta en periódicos oficiales. En la parada del autobús abría aquel libro forrado con el ABC o el MARCA y colgado ya dentro del bus, en las lianas de aquellos viejos y chirriantes cacharros, compartía los versos con otros que se adentraban por encima de mi hombro.

En principio buscaba combustible revolucionario en sus letras, pero al poco lo que hallé fue a Cyrano ayudándome con mi particular Roxana. En Castilla del Pino, fallecido también hace unos días, sí encontré motivos para la reflexión puramente ideológica, para indagar en lo que se escondía tras el alienante y gris contexto. Es una buena ocasión para releerlo y darse cuenta de la diferencia entre su visión del feminismo y la actual y oficial.

Cuando acababa de leer a del Pino me entraban ganas de salir a empapelar las paredes; tras leer a Benedetti necesitaba compartir la primavera que se me metía en la barriga.

En una de esas reuniones de aprendices de rojo con melena, oíamos a una persona recitar a Benedetti y una compañera me dijo: "Es un revolucionario tierno"

2 comentarios:

Barbarella dijo...

Me ha encantado la frase: "necesitaba compartir la primavera que se me metía en la barriga", sí es la revolución desde la suavidad, la dulzura,...la ternura. Gracias por recordarme los versos de Benedetti sabio.
Un saludo.

Walden dijo...

Gracias a ti por el comentario. Por cierto, me gusta ese acercamiento a "la gran pequeña" y comparto "Los puentes de Madison" como una de mis películas preferidas.
Un abrazo.