viernes, 7 de agosto de 2009

Autoconocimiento: la habitación interior


¡¡Viva el autoconocimiento!!. Perdón: ¡¡¡Viva la búsqueda del autoconocimiento!!!
Unos pueden ganarse la vida escribiendo sobre ello y otros recibiendo en las consultas a los “buscadores” fracasados.
Los otros días vi en una librería un libro cuyo subtítulo decía algo así: “El autoconocimiento como vocación”. ¡Qué tarea más divertida!. No se me ocurre nada mejor como meta vital.
“Yo, yo, yo, yo…. Y los demás”, era el título de una película italiana.

A los dieciocho estaba empeñado en montar una comuna.Después de un tiempo encontré a un amigo de un amigo que me remitió a un pueblo de la sierra en el que me presentaron a un hippy que vivía allí, en una casa con abalorios ibicencos, en el campo, sin agua y sin luz. Después de compartir té y otras yerbas, le pregunté por el motivo de su elección:

- ¿Te viniste para encontrarte a ti mismo?
- ¿Qué dices, tío?, me fui para sembrar tomates y luego comérmelos.

Medité sobre la respuesta y comprendí que el secreto de la felicidad estaba en tener una meta común para los comuneros, así que los siguientes dos años los pasé buscando compañeros para montar una granja de helicicultura (cría de caracoles). Ni en uno ni en otro empeño logré éxito alguno. Pero me lo pasé bien en el proceso.

Las redes sociales, el contacto físico, compartir,… son algunos de los elementos que han favorecido nuestra evolución como especie. No digo que no sea adecuado, incluso imprescindible, entender nuestro comportamiento para mejorar. La cuestión es quién se compra estos libros son personas ya lo suficientemente ensimismadas.

Mi amiga Lola empezó con libros de autoayuda y ahora se viste de rojo todos los martes por no sé que cosa de estar en equilibrio planetario.

Muchos de mis pacientes me pregunta por qué me comporto así (de mal)con los demás (o consigo mismos). Antes de llegar ya intentaron responderse remediarlo y como resultado final acabaron en la consulta.
Tengo un espejo doble en el cajón, de esos que se utilizan en los cuartos de baño y que por un lado aumentan la imagen del que se mira. Nadie ha superado la prueba del espejito mágico durante el minuto que se lo entrego para que analice su cara con detalle, que no termine dejándolo encima de la mesa horrorizados, cuando llevan no más de veinte segundos.

Al último paciente que me hizo la pregunta de marras le propuse un intercambio:

- Yo me comprometo a analizar por qué usted le contesta en ese tono a su esposa, le grita a sus hijos, trabaja hasta las diez y no disfruta viendo el futbol,.. a cambio de que usted me traiga una respuesta de por qué los coches no tienen el techo lleno de placas solares.

No sé si alguno de los dos hallará una respuesta, pero en ello estamos.

2 comentarios:

Barbarella dijo...

Una peli de Vitorio de sica y Gigi Lollobrigida!! La tengo que ver!
Es cierto lo que dices: Autoayuda, Autónomos, Autodidácta...que está bien pero también le tenemos que dejar espacio a Ayudar a otro, Aprender con y de otros...
Porfavor si te contestan lo de las placas solares...escribe.
Un abrazo compartido.
B.

Walden dijo...

Te recomiendo la peli.
Muchos libros de autoayuda han demostrado su eficacia en distintos estudios. Me refiero a otro tipo de libros basados en "fórmulas cliché" y que pueden incluso llegar a ser contraproducentes y no sólo inocuos.
Como verás en el próximo post, llevo con lo de las placas solares ya ni te cuento los años. Si me decido a poner una fábrica ya te aviso para compartir sociedad.
Un abrazo.