lunes, 11 de junio de 2012

A vueltas con la ansiedad


Los trastornos de ansiedad son los más frecuentes en las consultas de psicología. Entre ellos, el trastorno de pánico es probablemente el más habitual. Ya he comentado en anteriores posts cómo influye la valoración de los acontecimientos en el desarrollo de este cuadro, pero esta entrada va sobre uno de los fallos que  a  veces cometemos al llevar a cabo una terapia aparentemente tan clara y bien estructurada. Espero que le sea de utilidad a la persona que me lo ha comentado.




Si llamamos "A" al acontecimiento desencadenante, por ejemplo, notar que "falta el aire" y  "B" a la valoración realizada respecto a ese  hecho aparente, por ejemplo: "Me voy a asfixiar", la terapia se basa en atender a ambos elementos, pero haciendo hincapié en que es en el segundo en el que se encuentra la clave, por lo que no se trata tanto de que no aparezcan sensaciones corporales que podrían resultar desagradables o aversivas, sino de aceptar las mismas y saber etiquetarlas adecuadamente.

Tenemos que enseñar a desmontar "B" y a aceptar y manejar "A". Vaya, esto parece más álgebra que psicología.

Estos pensamientos ("B") suelen ser automáticos, estar en un segundo plano, provocando una rápida respuesta emocional, que suele crear bastante inestabilidad, y sumergidos en esa vorágine es muy difícil razonar adecuadamente, y por tanto, poner en práctica un cambio o reestructuración (esta palabreja es la que utilizamos, sí) de los mismos.

Es justo en esto en lo que se suelen cometer más errores. Una de mis mejores amigas me comentó que tras casarse decidió pedir algunas recetas básicas a su madre para comenzar. Una de ellas era lo que aquí conocemos como "puchero" y que consiste en hacer un caldo con carne, hueso, espinazo, algo de tocino, unos garbanzos, etc. Ella anotó todos los ingredientes y el tiempo que tenía que darle en la olla express. Lo que no se le aclaró fue que el arroz había que hacerlo después y no al mismo tiempo, por lo que se pueden imaginar cuál fue el resultado final.

Aprender el tratamiento de un trastorno y olvidar el peso que tiene en el mismo la personalidad, el contexto, o lo que es peor, el propio organismo, puede dar lugar a recetas estereotipadas que no sólo no van a funcionar sino que van a dificultar que el próximo terapeuta vuelva a implementar la misma terapia.

Los intentos de racionalización suelen ser estériles en determinados momentos y sin embargo, como es natural, es el más frecuentemente utilizado por  sus familiares y amigos, puesto que es el único recurso que tienen en principio. Pero los terapeutas hemos de tener cuidado con centrarnos excesivamente en este apartado sin trabajar más a fondo el conocimiento, manejo y aceptación de las emociones que provocan un determinado tipo de pensamientos, proceso en el que también intervienen, obviamente, los pensamientos, pero dirigidos a ese fin y no a otro.


12 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por el comentario. Me ha quedado claro después de la entrada y de los ratos que hemos hablado del tema. No te preocupes que lo tendré en cuenta.

Un abrazo amigo.

Celia dijo...

Lo he tenido que leer dos veces... y sigo sin tener muy claro si lo entendí. te pondré yo a ti un ejemplo para que me digas si lo comprendí.
Tenia una amiga que tenia ataques de pánico por salir a la calle por entrar al metro y era tal la reacción de su cuerpo que llego un momento que tenia miedo de morir por un paro cardíaco o falta de oxigeno por la hiperventilación.
Su psicóloga lo que hizo fue darle muchísimas explicaciones medicas de porque su corazón se aceleraba , porque sus pulmones trabajan así y si no recuerdo mal que si llegaba a desmayarse era justo para proteger al cuerpo de toda esa aceleración y hacer una especie de reset. Fue comprenderlo y comenzar a controlar los ataques de ansiedad ella sola.
Entiendo que el terapeuta ataco a B y no A en este caso?

Anónimo dijo...

El problema que yo suelo encontrar está en que es más fácil reaccionar como siempre que esforzarme en detectar cuándo estoy "inventándome" lo que me va a pasar para desmontar lo que yo misma he construido...

Walden dijo...

De nada C., ya sabes donde me tienes.
Un abrazo.

Walden dijo...

Celia: Sí, exacto, cuando entendió las causas reales, cambió la interpretación. Fin de la historia. No siempre es así, claro, pero suele ayudar mucho.
De todas formas, es cierto lo del desmayo, pero sólo se suele dar en un tipo determinado de fobias, por ejemplo, a las inyecciones o a la sangre, en la que se produce un descenso rápido de la tensión, y este tipo de fobias tiene un tratamiento completamente diferente al del que hablamos. En el resto, los desmayos son muy infrecuentes. Es lógico, puesto que el organismo te prepara para escapar de una situación peligrosa, por lo que no sería muy adaptativo "tirarte al suelo".
En fin, no sé si queda claro del todo.
Un abrazo.

Walden dijo...

RC: Sí, la respuesta es automática. El "esfuerzo" en todo caso hay que hacerlo antes, para que quede claro cómo reaccionar y lo difícil, obviamente, es ponerlo en práctica.

Un beso.

Celia dijo...

Interesantes. Ella no llego nunca a desmayarse pero en todo caso creer que si era necesario su cuerpo se desmayaría antes de darle un ataque al corazón por la taquicardia... la hizo no tener miedo a los ataques de pánico y poder controlarlo.
Parece ser que eso que ella debió entender mal de la explicación que el dieron la ayudo bastante.

Gracias por la información.

Walden dijo...

Bueno, también ayuda saber que hay un ejercicio simple que baja la taquicardia en cuestión de minutos.

otro beso

Kaoki dijo...

Buenas noches... con lo que a mi me gusta la psicología (casera, claro) y no sabía de este blog!!!

Y digo casera porque soy de las que pienso que con un poquito de empatía y observación de las personas que nos rodean no es difícil saber que la gente, en general, está deseando de hablar y transmitir sus inquietudes... será por actuar así que desde hace años la gente me debe de ver "cara de oreja". Pero me gusta...

Y dicho esto... me meto los ojos dentro de mis cuencas y te pregunto... en serio hay un ejercicio simple que baja la taquicardia en cuestión de minutos?

Y digo yo... no sería más sencillo explicar ésto que recetar tanto tranquilizante para los ataques de ansiedad?

Muxu bat

Walden dijo...

Hola Kaoki, gracias por la visita.

Puedes probarlo, cuenta tus pulsaciones, luego toma aire y aguanta la respiración todo lo que puedas, repite tres o cuatro veces y vuelve a contar las pulsaciones.
Simple.

No obstante, una cosa es que tengas taquicardia y otra que te de un ataque de ansiedad. Para esto último es necesario, entre otras cosas, que realices una interpretación catastrofista de lo que notas (en este caso, por ejemplo: "me va a dar un infarto"). En esa situación, además, aparecen otros síntomas y encima, como comento en este post (o en otros anteriores sobre este tema) la persona se ve invadida por sensaciones extrañas que no puede asociar con algún acontecimiento externo que la justifique.

Un beso.

Melània dijo...

Hola Walden, en primer lugar me gustaría decirte que leo todos tus posts aunque no te los comente todos. Respecto a los ataques de ansiedad... con una clienta me funcionó decirle que los había integrado en su vida, tipo, hola, soy fulanita y tengo ataques de ansiedad! Al reírse de ello, también pudo reírse de los ataques. Es fascinante a lo que podemos acostumbrarnos:)
Hasta pronto

Anónimo dijo...

Hola yo tengo hematofobia...
Lo que comprendo es lo siguiente
A=Sangre y B=Miedo a morir desangrada
Tengo que sustiruir B, para tener una vida normal, la necesito por que quiero ser mamá pero me da miedo por todo lo que implica desde dar a luz hasta lo que sigue por toda mi vida.
Puedo yo misma sustituir B sin acudir a un especialista?, hay algun método??