jueves, 20 de mayo de 2010

La mejor postura es la del misionero




De los miles de pensamientos diarios que nos pasan por la cabeza sólo nos detenemos en aquellos que han sido marcados emocionalmente, el resto van al contenedor de pensamientos estériles. Al filtro que utilizamos para determinar a cuál le voy a poner una cucharita de amor o un cuarto de libro de enfado lo llamamos “creencias”. Ese filtro empezó a pespuntearlo mamá y entre el cole y su grupo de iguales pusieron el resto de las puntadas básicas. De esa manera se hizo seguidor del equipo de futbol, militante,...

- ¡El siguiente! ¿Equipo de futbol?
- La Mollerusa
- ¿Partido político?
- Partido de los trabajadores cansados del Kurdistán
- ¿Primer amor?
- La Paqui
- ¿Creencias básicas?
- Los catalanes son tacaños, los andaluces juerguistas, la mejor postura es la del misionero, no se puede estar triste un sábado y en el cine se come gusanitos sin mantequilla.

- Aquí tiene el carnet. Ya puede salir. ¡¡Siguiente!!

Una forma sencilla y barata de sufrir es exigirse o exigir que lo de dentro o lo de fuera se ajuste a sus creencias.

- Quiero dejar de pensar en él. ¿Dígame cómo?
- En la película “Olvídate de mí” parece que encontraron un truco rentable, pero actualmente lo único que le puedo ofrecer es ayuda para pensar en otro. El borrador de memoria no está disponible en este momento.

Una vez que adquirimos el kit de creencias de supervivencia, nuestras conductas, nuestros pensamientos, nuestras emociones viajan todas en la misma dirección.

La buena noticia es que puede modificar las creencias que le estén resultando molestas, si se atreve a descubrirlas.

Veamos un ejemplo. Cojamos a seres profundamente dogmáticos, digamos, a unos ultras. Invitémoslos a un debate televisivo en el que para participar tienen que aceptar una serie de reglas. Ya sabe usted que muchas personas son capaces de ladrar en el escenario si eso les asegura salir en la televisión. La regla fundamental consiste en que ¡¡¡tendrán que defender justamente los razonamientos y justificaciones de sus enemigos acérrimos!!! Les damos un material para que se preparen y tras unos días de estudio y concentración los sacamos para que defiendan con vehemencia justamente aquello que odian profundamente.

Se trata, en realidad, de un experimento ya clásico de psicología social. El resultado curioso es que tras ese ensayo, las creencias respecto al grupo político defendido habían cambiado, se había abierto uno ventanita en la pared de hormigón.

No voy a relativizar diciendo que todas las creencias son igualmente respetables. Lo que sí es cierto, es que algunas de ellas son una consecuencia de cómo nos comportamos y no al revés. La concursante de Gran Hermano que grita airada: “Yo digo la verdad a la cara, porque yo soy muy clara”, justifica ese comportamiento en base a una “buena razón”. Luego no soporta que eso mismo lo hagan con ella, pero bueno. De lo que no es consciente esa persona, en realidad, es de que seguramente tendrá un trastorno de tipo externalizante, por ejemplo, hiperactividad, que conlleva una alta dosis de impulsividad que hace que se actúe sin meditar demasiado. Una vez que uno se comporta asiduamente de una manera determinada, comenzamos a justificar, argumentar y construir todo lo necesario para evitar lo que llamamos disonancia cognitiva: hacer una cosa y pensar lo contrario.

Su comportamiento es observable, sus creencias no. Las medimos a través de lo que hace. Las cambiamos modificando lo que hace. No por querer sentirse de otra manera lo va a conseguir, pero sí por actuar de forma diferente.

Le hago una propuesta, escoja a alguien que le caiga mal, alguien cercano o a alguien sobre quien tenga puesta una etiqueta que parece ajustársele como a un guante, y esté durante un par de semanas comportándose con él o ella como si fuera justo lo que quisiera que fuera y no lo que le parece que es. Ya nos cuenta.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has dejado preocupado porque yo soy de esos que comentas y suelo decir mucho lo de la sinceridad. En realidad creoq ue es asi, pero ahora me he puesto a pensar si soy o no impulsivo para otras coas, porque ¿si osy impulsivo para eso tambien lo sere paar lo demas no?

Anónimo dijo...

perdon, se me ha olvidado decir quine soy. me ha dado tu pagina una compañera de la facultad, me llamo Juan.

Ali dijo...

¡Hola, Juan! Hace tiempo que no pasaba por tu casita y he estado poniéndome al día. Creo que deberías crearte un blog literario, ;-), al menos a mí me pasa que empiezo a leerlo y quiero seguir la historia y eso me suele pasar más con la literatura que con los blogs.
Me ha gustado mucho el del chocolate (parece que estabas hablando de mí, jiji) y el de la taberna. No conocía esa faceta tuya, o sea que todavía te quedaban cosas por contar en la consulta. Respecto a las creencias tengo que decirte que, efectivamente, doy fe de que se pueden cambiar, ya lo sabes.
Un beso cariñoso.

Alís dijo...

Me gusta hacer ese ejercicio de defender con argumentos posturas contrarias a las mías y lo practico de vez en cuando. No me mueve de mis convicciones, pero me ayuda a comprender otras posiciones. Será por eso que no juzgo a las personas tanto por sus ideas como por su calidad humana, que de todo hay en todas partes.
En todo caso, está claro que mis amigos surgen entre aquellos con quienes tengo más afinidad, pero el respeto no está reñido con la diferencia.
De todos modos, parece más fácil adaptar las creencias a los hábitos que al revés.

Besos

Historias de Mujeres dijo...

Hola Walden, hoy he vuelto a pasar por tu blog después de un tiempo sin computadora u ordenador como dicen por allá y mirá que me vengo a encontrar con esta entrada y la leo como siempre con gusto y hasta escojo a la persona y todo y luego pienso, mirá vos la tarea que nos ha dejado Walden con su propuesta. Y en un primer momento me parece enorme y en un segundo totalmente posible.
Saludos.
Gabriela.

Walden dijo...

Anónimo: bueno, tendrás que ver si en otras áreas de tu vida te comportas también de esa manera: manejo del dinero, relaciones, trabajo, juego,...
Ya me comentas. Un saludo tocayo.

Ali: ¡He visto tu blog! ¡Qué sorpresa! Espero que continúe. Un beso.

Ali: Sí, yo también hago eso de vez en cuando con la misma intención, me ha llamado mucho la atención leértelo. Suscribo todo lo que dices. Efectivamente, es más fácil modificar los hábitos y estos tendrán un efecto sobre las creencias. Aunque para algunos trastornos de personalidad esto no sea completamente así.
Un beso.

Hola Gabriela, un placer volver a verte por aquí. Sí, eso que comentas sobre imaginarse la tarea ya es en sí un proceso de cambio.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola Walden, estoy de acuerdo con lo que dices, pero hace falta mucha serenidad, paciencia, fuerza, ganas, energía,.... para actuar así con el enemigo (entre comillas), porque posiblemente sea un ser querido, que llega un momento que no sé si verdaderamente a quien no se soporta es al "enemigo" o a uno mismo.Se que es màs facil quejarse que actuar, aunque más efectivo es intentarlo. Como ves necesito cambiar mis "creencias", pero necesito fuerzas. Un saludo y ya te contaré. Una admiradora.

Mar Varela dijo...

Vaya, esto da que pensar, ya bueno para eso lo has puesto... pero hay una cosa que no he entendido el último párrafo, no es que sea tonta pero no me ha quedado muy claro.... tengo que cambiar tantas cosas que por donde empezar?
Entonces los andaluces somos juerguistas no? jajajjaja que razón tienes..
Un besote

Walden dijo...

Hola, Mar.
Me refiero a que cuando tú cambias las conductas con respecto a alguien, ese alguien también cambia la forma en que te ve.

Lo de los andaluces y los catalanes lo decía como tópicos que adoptamos y que luego son difíciles de modificar.

Una vez en un viaje en tren unos valencianos se alegraron mucho de tener a un andaluz para entretenerlos contando chistes. Desgraciadamente mi sentido del humor es más inglés que andaluz.

Walden dijo...

Por cierto, cada vez que entro en tu blog me cuesta la misma vida salir. Además tienes un montón de enlaces buenísimos.
Otro beso para ti.

Walden dijo...

Por cierto, cada vez que entro en tu blog me cuesta la misma vida salir. Además tienes un montón de enlaces buenísimos.
Otro beso para ti.

Irreverens dijo...

¡Qué bueno! Precisamente he realizado varias prácticas en este sentido a lo largo de las últimas semanas (en el curso de PNL).

Me han quedado ganas de profundizar en estos temas y lo haré. Son de lo más edificante.
:)

Walden dijo...

Parece que te lo has pasado bien en el curso.

Irreverens dijo...

¡Pues sí!
:)

Raúl dijo...

¡Wow! Llego muy tarde, pero no importa, me ha dicho mucho esta entrada. Es curioso, estas cosas alguan vez se me han pasado por la cabeza, pero ahora te leo y viéndolas así de racionalizadas es todo un hallazgo.

Walden dijo...

Hola de nuevo, Raúl. Realmente vistas desde fuera se puede uno permitir racionalizarlas. Cuando se viven se está tan convencido de que las cosas son así, que no hay hueco para plantearse que puede ser ese tipo de creencia en sí, el que esté provocando el malestar.

Un saludo.