viernes, 4 de mayo de 2012

¿Es usted fiel?

Fidelidad: Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona. RAE.



Si usted tuviera que optar entre que su pareja le fuera fiel o leal, ¿qué elegiría?

Le contaré una pequeña historia que me trastocó en mi infancia durante mucho tiempo. Por aquel entonces vivía en la sexta planta de un edificio que daba a un barrio de casas bajas. Desde la ventana de mi habitación se veía el río, las luces de los pueblos a lo lejos, los atardeceres. Contemplando esas tardes de ocasos interminables me aficioné a la fotografía. Pregonaba entre todos mis amigos la suerte que tenía, poder disfrutar de un paisaje así, de tantas horas de luz, hasta de cierto voyeurismo sobre los patios de las casas, sobre las partidas de cartas clandestinas en medio de la chatarrería que abarrotaba una explanada. Si vistos desde un sexto, los seres humanos son así de vulnerables, vistos desde la poltrona del poder, que tiene que ser una planta cercana a las nubes, ¿no se perderá la referencia terrenal?

Una noche de primavera, de madrugada, me despertó el ladrido lastimero de un perro. Me asomé a la ventana. Unos adolescentes, algo mayores que yo, paseaban tranquilamente bajo las farolas de las callejuelas del barrio seguidos por un perro flaco que gemía y escondía el rabo entre las patas. De vez en cuando, uno de ellos se volvía y comenzaba a golpear al chucho, a patadas, unas patadas tremendas que te hacían retorcer de dolor a ti  con tan solo imaginarlas. El animal se escapaba unos metros, e inmediatamente después, en cuanto ellos comenzaban de nuevo a andar, volvía a seguirlos. Sentí unas náuseas terribles. Pensé en bajar, ponerme la capa de alguno de mis super-héroes y acabar con aquella villanía. Me volví y vi a Nona, mi perra, que me miraba fijamente. Nona era un cachorro de pastor alemán. Dormía debajo de mi cama y se despertaba cada vez que me levantaba, independientemente de la hora. Me senté a su lado y empecé a acariciarla. Ella se tumbó, puso la cabeza sobre mis piernas y fue cogiendo el sueño al mismo tiempo que yo me calmaba.

Esa noche  apenas pude dormir, medité mucho sobre la fidelidad. Eché de menos a mi gato Tobías, ese que me dejaba acariciar su cabeza pero que me sacaba las uñas cuando intentaba tirarle del bigote. Entendí por qué había tantas guerras, por qué la fidelidad a unas ideas hace que ni siquiera la mayor de las evidencias en contra sea capaz de desmontarlas. Comprendí que una vez que se consigue que el animal te sea fiel, puedes hacer con él lo que quieras; siempre encontrará una razón para seguirte.

Esa noche, también, comencé a desenamorarme de Joaquina. Hasta esa misma tarde yo había actuado con ella igual que el perro con sus maltratadores. La continua confirmación de su indiferencia, más que una invitación a pasar página, parecía un reto que tenía que sortear a base de humillaciones que yo mismo me  infligía.

He visto a muchas parejas en la consulta destrozadas por la infidelidad. En algún momento, suelo comentarles algo como lo anterior, intento que diferencien entre lealtad y fidelidad, entre respeto, compromiso y seguimiento ciego. ¿La traición es una deslealtad o una infidelidad?

Cuando alguien, otra persona que no es su pareja, le ha regalado el oído, le ha recordado lo maravilloso-a  que es,  le escucha, le hace sentir que el tiempo tiene de nuevo otra dimensión y se acuesta pensando en ella o en él, deseando que la noche sea corta para recobrar mañana lo que habían dejado a medias hoy,.. ¿es infidelidad? ¿es deslealtad? ¿Hay alguna diferencia entre eso y sentirse atraído físicamente por alguien, en sentir de pronto una especie de antojo, algo a lo que se entregaría si le aseguraran que no iba a tener trascendencia y que la vida seguiría tal cual al día siguiente?

Según contestan a estas preguntas intuyo, igual que ellos al responder,  por dónde hay que comenzar a desbrozar el camino, incluso a saber si hay aún camino que  o no.

21 comentarios:

La Maripili dijo...

Venga! encima la primera? de panoli? mecagoen.....
A ver, la lealtad no es únicamente una característica animal, como bien dices al comparar con las ideologías. Está claro que la lealtad es más difícil de conseguir que la fidelidad, pero está claro, que una cosa no puede ir sin la otra, así que, no termino de entender la diferencia de significado entre ellas.
En cuanto a las preguntas que haces sobre la fidelidad....pues sí, efectivamente yo muchas veces he pensado que una persona infiel empieza a serlo en el mismo instante en que piensa en otra persona que no es su pareja y empieza a imaginar situaciones con ella.
Debe ser que soy la persona más fiel, romántica y moñas del planeta, pero te puedo asegurar que nunca he tenido "pensamientos impuros" con hombres fuera de mi pareja, y cuando los tuve y los llevé a cabo, mi relación terminó un año después. Símplemente fue el principio de una muerte anunciada.

Como siempre, creo que me he liado con el comentario! jajajaja
Si puedo luego desde casa me lo vuelvo a leer y comento más.

Ella dijo...

"... la fidelidad a unas ideas hace que ni siquiera la mayor de las evidencias en contra sea capaz de desmontarlas..." :O

Se me hace tan penoso ver como uno puede ser tan leal a alguien a quien le importe muy poco que lo seas. Pero todos caemos en eso alguna vez ¿no?

MT dijo...

Es curioso, he tenido una reflexión de este tipo justo la semana pasada...impartiendo coeducación en un instituto, debatiendo sobre las relaciones de pareja con los chicos y chicas, coincidían en que mejor que pasen de ti, que sean malos/as en el trato, pero por favor, que no les fuera infiel...imagino que por prestigio social, pero sin duda en ese momento pensé que los cuernos estaban totalmente sobrevalorados!Vaya precio que están dispuestos/as a pagar por la ¿fidelidad a qué?...Besitos!!

Melània dijo...

Hola Walden,
Prefiero la fidelidad, la lealtad la doy por supuesta. No es negociable :)
Un post muy intimista, realmente precioso.
Hasta pronto

Walden dijo...

Maripili: Según la acepción de la RAE, la lealtad viene incluida en el paquete de la fidelidad. Sin embargo, en el lenguaje coloquial se da un uso diferencial, especialmente en lo que respecta a relaciones de pareja. Para describir un engaño con otra persona utilizan la palabra "infidelidad", no "deslealtad".
Por ejemplo, es muy interesante lo que comenta más abajo MT sobre que chicas jóvenes prefieren incluso malos tratos antes que ser objetos de infidelidad.
En fin, son cuestiones semánticas pero que influyen mucho en la percepción de las relaciones,en reduccionismos peligrosos, quizás.

Un abrazo.

Walden dijo...

Ella: Si, todos caemos. Yo miro atrás y me veo plagado de tropezones de ese tipo. El corazón y el hígado tienen mucho peso en la ceguera racional. Resulta, además, muy fácil provocar cegueras colectivas. Hay un ensayo antiguo ya de Elías Canneti que se llama "Masa y Poder" y habla un poco de esto.



Un beso.

Walden dijo...

Hola Melània: Yo cada vez tengo menos claro eso. Una persona fiel seguramente no te cuestionará, una personal leal (que se supone que además es fiel) sí se sentirá libre para hacerlo.
A pesar, como decía antes, de la acepción de la RAE, creo que esa diferencia aparece de forma implícita en las conversaciones sobre las relaciones personales.

Gracias por el comentario.

Un beso.

Walden dijo...

MT: Muy interesante lo que apuntas. Tiene relación con la importancia social del grupo de iguales a cada uno de esos aspectos. Ser objeto de infidelidad te sitúa en la cola. Ser sujeto de la infidelidad te sitúa en la cabeza de la fila.

No sé cuántos años hemos retrocedido, pero nunca imaginé en mi adolescencia, que el machismo imperante fuera a durar tanto, y mucho menos que fuera a hacer partícipes activas a tantas chicas.

Realmente es como dices, comparado con los otros valores, los cuernos están bastante sobrevalorados.

Un beso. Nos vemos pronto, espero.

Anónimo dijo...

Hola Walden, muchisimas gracias por esta entrada. La he releido muchas veces, y cada vez estoy más liada, además pienso q lo q te comenté es más un espejismo q una realidad. Dejaremos q el tiempo vaya poniendo todo en su sitio, pero es un conflicto de sentimientos. Como sabes te sigo siempre aunque no comente las entradas. Un saludo y te aprecio mucho. Nuevamente gracias.

Walden dijo...

Me alegra verte por aquí, anónimo. A veces los espejismos nos sirven para hacernos replantear la realidad.

El tiempo, como bien dices, concretará cuánto hay de una cosa o de la otra.

Gracias a ti.
Hay un famoso poema de Bertolt Brecht que canta Silvio Rodríguez.

Te recomiendo que lo veas:
http://www.youtube.com/watch?v=88kZIM6zXn0

Para ti y para ese otro anónimo que también lleva -a su manera- esa lucha diaria.

Un abrazo.

La Maripili dijo...

He releído varias veces el comentario de MT y creo q la clave está en q ella está hablando de estudiantes adolescentes,de instituto. Todos cuando éramos de esa edad, sentíamos q la infidelidad no era importante frente a la lealtad, aunque no estoy muy segura. D que supiéramos discernir una cosa de la otra.
Creo q ahí radica la diferencia entre nuestra forma de pensar y lo q plantea MT.
Cuando eres joven debes ser leal a tus amigos,novio,grupo de música,de fútbol....de mayor eres más flexible y en cambio,das más importancia a la fidelidad porque imagino q con la edad te das cuenta de q realmente la lealtad es una utopía,en el momento y hora q los líderes no demuestran tal virtud.

Walden dijo...

Está bien esa puntualización.

No te puedes hacer idea de las veces que discuto esto con varios amigos. Ellos están en la posición tuya sobre la utopía de la lealtad, pero yo, comenzando por ellos mismos o por mí, sólo encuentro gente leal, y a veces, en medio, algunos desleales crónicos.

Sobre los líderes, uf, depende. Es otro tema con el que me desgañito, porque hablar de clase política para referirse a los arribistas, a los títeres, etc., me da miedo, especialmente porque conozco a muchas personas que han vivido siempre acorde a sus ideales, es verdad que en el campo de los perdedores, pero nunca han tenido tentaciones consumadas de deslealtad consigo mismo o con los que creímos en ellos alguna vez.
Este fin de semana he visto una peli interesante sobre este tema: Las nieves del Kilimanjaro.

La Maripili dijo...

Puedo seguir debatiendo??? Primero,perdón por la faltas,el móvil es lo q tiene y segundo,tienes razón:las personas pueden ser leales por,digamos,naturaleza, pero para ser leal se necesita un líder y ahí es donde se falla. Pocos líderes conozco q sean leales a las ideas q representan por lo q sus seguidores pierden esa virtud. A esa utopía me refiero.
En cuanto a las personas en sí mismas o en una relación de pareja, imagino q aún es más difícil mantenerse leal debido a que cada uno tiene una evolución y maduración distinta dependiendo de lo q le ocurra y como se haya educado. Además, volvemos al tema del líder, en una relación una de las dos partes puede cansarse de su papel, lo q hace más difícil la lealtad y entonces, pasas a conformarse con pedir fidelidad y así no caer o ser señalado como "perdedor". Lo q está claro es q lo primero q uno siente cuando sufre una infidelidad es un gran sentimiento de derrota, ridículo y sensación de falta de respeto por parte del otro,además de una irreparable falta de confianza q es en lo q se basan las relaciones de pareja. Imagino q por eso es tan difícil superar una infidelidad y no una deslealtad,ya q en el caso de la deslealtad, sobretodo se siente desencanto.

Algo más tenía q decir,pero lo he olvidado...jijiji. Acostaré a la peque y volveré!!! Jajajajaja

Walden dijo...

Sí, sí, el móvil... :D

Lo que más me cuesta cuando viene alguien a la consulta que ha sufrido una infidelidad y ha roto su relación, es que vuelva a confiar en el prójimo.
No obstante, creo que es peor lo de la deslealtad. Pondré un ejemplo:

Una persona se entera de que su pareja le cuenta a otra algo íntimo de su relación (y esa otra persona no es un cura o un psicólogo, o un psicólogo con cara de cura, como es mi caso), eso es una deslealtad que posiblemente quiebre la relación en un sentido difícilmente recuperable. Si se unen las dos cosas, entonces se complica bastante, la verdad, que además, es lo que suele suceder.

Mai Blanes dijo...

Madre mía, es un tema dificilísimo para mí, creo que por mi falta de madurez, que ya a mis años comienza a ser crónica, y mi tendencia a pensar que las cosas o son perfectas o mejor que no sean de ninguna manera.
Pensar en otra persona, como dices, y que no se te vaya de la cabeza es para mí infidelidad, pero no creo que quien piensa en la otra persona pueda hacer mucho por evitarlo. Yo creo que eso es difícil de superar y acabará con la pareja; no sé cómo perdonaría yo algo así, si es que me llegase a enterar. Y sin embargo la atracción física que pueda desembocar en un encuentro y ahí acabe todo creo que sí se puede evitar y, no entiendo porqué, pero eso estoy segura de que sí lo perdonaría. Si la infidelidad es física no me parece tan difícil de superar.
Claro que si hay amor, y no sólo cariño y afecto y apego y costumbre, puede surgir una infidelidad/deslealtad? Yo creo que no. Y el amor, no el querer, puede durar para siempre? Creo que no. Todos estamos expuestos, con el paso del tiempo, a ser infieles o a que nos sean infieles, y cómo evitar la de no poder dejar de pensar en otra persona, aunque no pase nada físico (justo la que yo no podría perdonar, creo) no lo veo posible.
Me he hecho un lío tremendo, lo sé; es lo que me pasa cuando escribo en serio :-)
Un beso enorme, Walden, y feliz fin de semana!!!

Walden dijo...

No, no te has liado. Posiblemente, lo que debería ser más fácil de perdonar es esa infidelidad física, porque la otra, la de compartir, intimar, etc., es ya más una sustitución que una infidelidad.

Un beso. Que te diviertas el finde y prepares nuevos capítulos de mi neurótica urbanita bloguera prefe.

Mai Blanes dijo...

:-)))))
Estoy en ello :P
Más besos!

Celia dijo...

Que bueno!
A las parejas que he tenido siempre que sale este tema les digo.
Que una infidelidad puede que la perdone, pero lo que no perdonaría es enterarme por terceras personas.
Porque perdería mi confianza en esa persona.
Hoy al leerte me doy cuenta que yo no llevo bien que mi pareja no me sea leal. que no sea sincero.
Puedo entender que la carne es débil pero no puedo entender que no le duela mentirme.

Walden dijo...

Exacto Celia. Ni una coma.

Beso de congratulación.

Anonymous dijo...

Hola, están relacionadas la fidelidad y la lealtad con los celos?es una cuestión de baja autoestima o de orgullo? Creo que me he enamorado de una compañera del trabajo 13 años mayor que yo. Es mutuo pero ella esta casada y con un hijo, digo que creo porque nose me he enamorado en 29 años. A esta persona le tengo una lealtad, que diria que es la mujer de mi vida, pero como aún no nos hemos acostado la fidelidad no esta al 100% arraigada, porque me fijo en mujeres que pasan. En cambio lo que yo recibo de ella es una lealtad y fidelidad enorme. Tanto que me siento como si yo fuera su marido,como si fuera "mia" se que suena feo pero es lo que siento. Pero esta "relación" que sólo ha tenido besos desde hace poco pero una amistad desde hace mucho, no puedo soportar los piropos hacia ella en mi empresa porque hay mucho "cachondeo" entre compañeros, y ahora como lo nuestro no puede salir a la luz, pues no se corta nadie y yo al escucharlos me pongo malo me dan esas nauseas que he sentido al imaginarme al pobre perro. Entonces termino enfadandome con ella porque siento que no me es leal, al escucharle reir y hablar con ellos. En cambio no siento que me sea infiel viviendo con su marido. nose es algo dificil de explicar, plasmar el cacao que tengo en mi cabeza. Un saludo tocayo

Walden dijo...

Pues sí, es una situación complicada, creo que ni la lealtad, ni la fidelidad se pueden exigir, entiendo que es un acuerdo entre personas. Imagino que lo pasarás mal en una situación tan confusa.

Espero que te vaya bien.
Gracias por la visita. Un saludo.