martes, 21 de agosto de 2012

La reconstrucción del amor



En septiembre suelo atender a bastantes parejas. Convivir a jornada completa parece menos relajante de lo que uno pudiera imaginarse. Los conflictos que descansan amparados en los horarios, los niños, la televisión, los amigos y el cansancio laboral, suelen despertar a tiempo para llegar a la playa con toda la familia.

En esas situaciones tienes que intentar optar por reconstituir, si es posible, el entorno anterior, o bien aprovechar la crisis para repensar la relación. Esta parte es más costosa, no sólo económicamente, así que  me voy a centrar en  la primera: la reconstrucción.

- ¿Construcción o reconstrucción?
- ¿A cómo está el kilo de construcción?
- A tanto sin IVA.
- Pónganos una de reconstrucción.
- ¿Vía rápida o lenta?
- Rápida, of course.

No sabes cómo te quiero o el día de los enamorados

Una vía rápida y eficaz para volver a olvidarnos de todo aquello que descubrimos en las vacaciones, consiste  en fingir que vivimos en el día de los enamorados, igual que  el protagonista de "Atrapado en el tiempo" se despertaba  una y otra vez en "El día  de la marmota".

Sí, ya sé que es difícil, pero usted eligió la vía rápida.

En este punto tengo que hacer frente a las objeciones típicas que relacionan actuar con sentir, como si cada cosa que hacemos diariamente tuviera una relación causal en esa dirección. "Es que yo no puedo dar un beso si no lo  siento"

Les pongo un ejemplo gráfico en la consulta misma.

- Cierre los ojos, por favor - le pido.
- ¿Y por qué no ella? - recuerde que están todavía con el cliché de las vacaciones.
- Vale; a cara o cruz. Ahora, por favor, - le pido al que le ha tocado tener los ojos abiertos- dele un beso a su pareja, un beso tierno, ¡y no diga ni una palabra!

Cuando se lo da, le pregunto al que lo ha recibido si lo ha notado y si sería capaz de distinguirlo de un "beso tierno y dado con todo el amor del mundo".
- Pues sí, - me reta - hubiera sido más largo.
- Repitamos, déselo más largo.

Y así hasta que conseguimos que diga que se parece al "de verdad".

Recuerdo una escena de una peli, de la que he olvidado conscientemente  el título para que no ocupe espacio en el disco duro. Un chico de pueblo que se había metido en el mundo del porno estaba disfrutando de una fiesta en la mansión del productor. Lo encontramos  tumbado en la piscina, apoyado sobre los brazos en el borde de la misma y con los ojos cerrados disfrutando de su éxito. De pronto nota como alguien se acerca nadando, baja y comienza a jugar con su instrumento de trabajo. En todo momento vemos la cara de satisfacción del actor. Una vez acabada la faena, abre los ojos y ve salir de debajo del agua a un señor calvo con igual cara de felicidad. Nuestro protagonista da un respingo y sale de la piscina  espantado, con una profunda mueca de asco.

Naturalmente, si hay que fingir  continuamente  es mejor dedicarse a la reconstrucción o a la destrucción, si quiere. Lo que hacemos en el proceso de reconstrucción es volver al punto en el que el cariño, la ternura, cierto grado de camaradería y de complicidad, estaban por encima de los conflictos que surgen en la gestión del tiempo libre.

La pareja parece que funciona bien entre los cuervos, las palomas y algún que otro pájaro o especie despistada; los seres humanos somos más de comuna, aunque no he logrado en toda mi vida convencer a nadie de ello. Posiblemente ahora este abnegado gobierno y la santísima troika que lo dirige conseguirán vía supervivencia lo que no he podido conseguir yo en tantos años de conversaciones entre copas y estrellas.

7 comentarios:

Celia dijo...

Siempre me reia cuando leia que se rompian tantas parejas en septiembre. Hasta que me toco a mi pero esta claro que las parejas que no superam agosto es porque estaban acabadas hace tiempo.
A mi me gustaria ser mas abierta en este tema de la monogamia pero se que me matarian los celos y la envidia. ya sabes cosas de la inseguridad

Anónimo dijo...

A mí me parecía de una lógica aplastante cuando leía esas noticias. Pero eso, pensaba que es que el resto del año hacían el paripé, que no estaban bien de antes tampoco. La gente, que hace cosas muy raras.
Lo de la comuna... pues con la educación judeocristiana esta creo que estamos la mayoría marcados con la monogamia a fuego. Lo cual no quiere decir que sea la mejor manera pero habría muchas resistencias a cambiarla aunque hubiera voluntad para ello :/

Walden dijo...

Hola Celia. Pues sí, es cierto, lo que pasa es que cada vez más, tal y como está la cosa, la convivencia no dependerá sólo de las vacaciones.

jaja, sí, no creo que estemos muy preparados, aunque comuna tampoco tiene por qué significar compartir pareja.

Un beso.

Walden dijo...

Qué tal Rune?

Sí, hay mucha resistencia, doy fe, jaja. Ya le he comentado a Celia que comuna, de todas maneras, no implica tener que compartir parejas, pero a lo mejor tampoco era tan malo y nos aliviaba bastante sufrimiento respecto a esos sentimientos posesivos que a veces nos asaltan.

Esos cambios, en cualquier caso, no vendrían precedidos de cambios de mentalidad, sino de cambios en las necesidades económicas, de igual manera que pasamos de las familias extensas del feudalismo a la familia nuclear actual en occidente.

La convivencia en ese sentido estará ahora más condicionada por el modelo imperante, en el que domina el individualismo y la satisfacción de las necesidades personales por encima de las colectivas, pero todo puede cambiar.

Ya he vuelto a enrollarme, ¿ves?

Un beso y cuídate de los golpes de sol.

Anónimo dijo...

Si voy por la sombra! pero aquí el calor se cuela por todas las rendijas... en fin, tienes razón en lo de la comuna. A mí me chirría el concepto porque me han educado de manera muy individualista (no me refiero a mis padres, en general), pero sí, ahora mismo, en esta coyuntura que estamos viviendo, las familias, los amigos, los vecinos... mucha gente se apoya, se une, se ayudan a cubrir necesidades... Ahora entiendo (creo) lo que quieres decir y, claro, eso no implica compartir pareja o no necesariamente...
Por cierto, ¿qué problema habrá con que te enrolles si aquí venimos a leerte!?

Walden dijo...

Sí, a eso exactamente me refería. También llevas razón en lo de enrollarme.

Besos.

La Maripili dijo...

Hasta que los aprovechados no vayan etiquetados con un cartel del pelo de "compro oro", paso de vivir en comuna! bastante comuna tenía ya con mi hija y mi marido, los dos chupando de la teta (no de la de la estanquera).
Yo creo que por eso mi exmarido nunca salía de casa y luchaba para que nuestros periodos vacacionales no coincidieran, para salvar nuestra relación. Qué tonta no haberlo visto antes! ;-P